domingo, octubre 15, 2006

Ramón, sus palabras

Una noche, qué digo noche, una madrugada, el silencio, la oscuridad, algún sueño. De pronto, sin preambulo ni nada, Ramón se sienta, abre los ojos y empieza a soltar palabras sin sentido. No decía nada pero era mucho, pues antes de eso nunca había pasado del agu.

Un loro imaginamos, se tragó un loro comentamos. Desde esa madrugada empezó con ese lenguaje que sólo entiende él, pero al que siempre respondemos, intentando adivinar la respuesta. De eso ya mucho, pues ahora ya empieza, aunque un poco tarde, con las palabras elaboradas, esas que nosotros utilizamos.

Empezó con Bob (el constructor) bob aquí, bob allá. Continuó con el ete pooh, señalando al inefable oso. De ahí con Agua. Pero la palabra bandera de Ramón es GOL. Y levanta los brazos, como celebrando, busca el abrazo, el reconocimiento. Al parecer le gusta el fútbol, la pelota, el jugar. Imagino, como todo padre, que va a ser futbolista, delantero para colmo, hincha de alianza y jugando en el extranjero.

Desde ya pienso ser su representante, cuidarlo de las vedettes (¿cuidarlo?) y que le compre, como buen futbolista, la casa a su mamá.

Pero de pronto, coge un libro y se pone, por lo que parece, a leer. Escritor, imagino. Escritor y me felicito. No lo sé, falta mucho. Pero ya van dos indicios (si es que se le puede llamar así), futbolista (no pelotero como dice su mamá) o escritor.
La última palabra: Coca. Claro, por la coca cola, cada vez que ve una botella de coca cola dice pícaramente: coca.